Aquí te dejo la opinión de un conductor, explicando la utilización o no del Kit Antipinchazos...
Son muchas las ventajas de llevar un kit antipinchazos en lugar de la clásica rueda de repuesto, pero ¿sabemos lo que nos puede suponer utilizarlo?. Seguro que la mayoría de los usuarios de los kits antipinchazos no han hecho cuentas y desconocen lo que un pinchazo puede llegar a costar si tu coche equipa este sistema.
Desde hace unos años, el kit antipinchazos es cada vez más común en los vehículos. Una de sus mayores ventajas es el poco espacio que ocupa, lo que permite tener maleteros de mayor capacidad. Ahorramos también el peso de la rueda de repuesto, lo que se traduce en un menor consumo del vehículo (siempre y cuando no lo llenemos de cosas innecesarias, porque a veces el maletero parece una prolongación del trastero).
Desde mi punto de vista, estos dos pros son mayores que las típicas contras que alguna vez he escuchado. Quizás también es que desde siempre era la única forma de arreglar un pinchazo inoportuno en la moto, que no destacan precisamente por su capacidad de carga. Sí, ya sé que el kit no sirve si en vez de pinchar rajamos la rueda pero, como se suele decir, también podemos pinchar dos veces y con una rueda de repuesto tampoco solucionaríamos nada por lo que al final, es como jugar a la lotería.
La sorpresa vino hace unos meses cuando me tocó renovar el kit antipinchazos. En mi caso caducan a los cuatro años, pero ojo, a los cuatro años de su fabricación, no a los cuatro años de edad del vehículo. No es lo mismo. Encargué uno en el concesionario y esperé a que llegase, dando prácticamente el asunto por zanjado… hasta que tuve que pagar…
Y entonces fue cuando me llevé la sorpresa. Un kit antipinchazos original cuesta la friolera de casi 50 euros y mi cerebro monetario calculador se puso en marcha. ¿Por cuánto me puede salir un mísero pinchazo si utilizo el kit? Pues por mucho más de lo que pensaba.
Pongámonos en situación: circulas con tu coche y pinchas. Te detienes en una zona segura, chaleco, te bajas del coche, triángulos de señalización y te pones a repararlo. Localizas el clavo o lo que sea, lo sacas con los alicates, introduces el producto, hinchas con el compresor y reanudas la marcha. Un poco más adelante, en una gasolinera o área de descanso, vuelves a parar y compruebas la presión y que todo está en orden.
Al final del día o al día siguiente, acudes al taller a reparar el neumático correctamente. Allí, lo desmontarán y limpiarán por dentro. Sellarán el agujero y lo volverán a montar. Dependiendo del taller el precio podrá oscilar entre 12 y 30 euros ya que la limpieza lleva su tiempo.
Como nos hemos quedado sin kit, tendremos que encargar otro. Este sumado a la reparación hará que el pinchazo nos salga por unos 65 u 80 euros, en algunos casos lo mismo que cuesta el neumático. Asusta, ¿eh?
¿Solución? Llamar a la grúa cuando pinchemos y que nos lleven el coche a un taller a reparar la rueda. Nos lo harán por el precio más barato, unos 10 – 12 euros porque no hay que desmontar el neumático para limpiarlo y no tendremos que comprar otro kit. Habrá que valorar si la pérdida de tiempo merece la pena en comparación con la pérdida de dinero. Habrá momentos en los que sí, y habrá momentos que no pero por lo menos, que seamos conscientes de lo que afectará a nuestra cartera.